Invertir puede conllevar beneficios, pero no está exento de riesgos. Antes de comenzar hay una serie de factores que debes tener en cuenta.
Cuando a una empresa en la que has invertido le va bien, y la demanda de acciones aumenta, es de esperar que el valor de tus inversiones aumente. Por el contrario, si la compañía tiene menos éxito, el valor de tus acciones puede caer, o incluso pueden llegar a no valer nada. En otras palabras, al invertir puedes compartir los beneficios de la empresa, pero también las pérdidas. Siempre ten en cuenta que corres el riesgo de perder la totalidad de tu depósito y, en función del tipo de producto de inversión, incluso más. Invertir no es una actividad exenta de riesgo. Lee los 6 ejemplos sobre los posibles riesgos con los que puedes encontrarte.
El riesgo de mercado está relacionado con el ambiente macroeconómico. Factores como las reformas fiscales, legislación y regulación y cambios globales son algunos ejemplos. En una economía decreciente o con una previsión de crecimiento negativa, es posible que esto tenga un impacto negativo para las empresas. Como consecuencia, los valores de las compañías pueden fluctuar. Las opiniones también juegan un papel en el riesgo de mercado. Si la confianza sobre el mercado disminuye, es probable que el valor de tus inversiones también disminuya.
Es probable que el valor de tus inversiones fluctúe de forma continua. Como inversor, estás sometido al riesgo de precio. Diversificar tus inversiones puede reducir parte de este riesgo.
Los cambios en los tipos de interés pueden afectar directamente el valor de los bonos. Si la tasa de interés aumenta, el precio de los bonos tenderá a bajar. El impacto de este cambio depende del plazo de vencimiento, dado que un vencimiento superior por lo general supone un descenso superior del valor. También puede haber un efecto indirecto en otros productos financieros como las acciones. Si los tipos de interés del mercado aumentan, prestar dinero se hace más caro. Esto puede llevar a una reducción en el consumo y en mayores intereses para las empresas. En consecuencia, el valor de las acciones puede verse afectado negativamente.
El riesgo de crédito es aquel por el que una empresa, estado o país en el que hayas invertido no pueda cumplir con sus obligaciones de pago. Con los bonos, esto significaría que los intereses no serán pagados a los tenedores de los bonos. Tu inversión disminuirá en valor o, en el peor escenario, los productos podrán no serán negociables.
La liquidez del mercado hace referencia a la facilidad con la que los productos pueden ser comprados o vendidos en el mercado. En los casos en los que hay muy pocos compradores de un producto, vender puede conllevar una reducción en el precio. Los indicadores habituales de esto son una amplia horquilla entre el precio de oferta y demanda (diferencia, o spread), o un volumen muy bajo de negociación.
Estás expuesto a este riesgo cuando inviertes con una divisa diferente a tu divisa local. Recibirás menos por tus inversiones si la divisa en la que invertiste disminuye de valor en comparación con tu divisa local.
Todo empieza por elegir qué tipo de inversor quieres ser. Decide el nivel de riesgo que estás dispuesto a asumir y qué tipo de productos son los que mejor te encajan para lograr tus objetivos. Es aconsejable que nunca inviertas dinero que necesites ni que te pueda causar dificultades económicas. Además, te recomendamos que inviertas en productos que te resulten familiares. Esto te ayudará a controlar tus inversiones con más seguridad. Para aprender más sobre las bases de la inversión, consulta nuestro Centro de Ayuda. Para más información sobre los riesgos de invertir, te invitamos a leer nuestro documento de Características y Riesgos de los Instrumentos Financieros.
Nota:
Invertir conlleva riesgos. Puedes perder (parte de) tus fondos invertidos. Te sugerimos que inviertas únicamente en instrumentos financieros que se ajusten a tus conocimientos y experiencia. Esto no es un consejo de inversión.
Invertir conlleva riesgos.
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