Versión escrita
Ahora que hemos comentado los conceptos básicos de la inversión, una última cosa a considerar es tu plan de inversión. Estableciendo objetivos y dejando claro durante cuánto tiempo invertirás, puedes estimar mejor cuánto riesgo está justificado. Hacer un plan de inversión ayuda con esto.
Un buen primer paso es determinar tus objetivos de inversión. Algunos, como la educación futura de los niños, son bastante específicos. Pero también puedes invertir teniendo en cuenta tu futura jubilación, o simplemente para tratar de lograr una tasa de rentabilidad más alta que la que ofrece una cuenta de ahorros.
Después, puedes pensar cuánto tiempo mantendrás tu dinero invertido. ¿Puedes permitirte el lujo de no tocar tus inversiones durante 20 años, o necesitas poder recuperarlas en algún momento a corto plazo? Este plazo también afectará al nivel de riesgo. Como norma general, cuanto antes vayas a necesitar el dinero, menos riesgos deberás asumir en tus inversiones. Esto se debe a que tendrás menos tiempo para recuperarte de cualquier pérdida.
Por tanto, las consideraciones importantes son tus objetivos de inversión, horizonte temporal y perfil de riesgo. Tenga en cuenta que la inversión, el riesgo y la rentabilidad están totalmente ligadas. Cuanto mayor sea la rentabilidad que buscas lograr, mayor será el grado de riesgo que debes asumir. Por tanto, si estableces una meta ambiciosa para tu rentabilidad, debes aceptar que el riesgo a afrontar también será mayor.
La manera de crear tu cartera, se basa principalmente en tu situación personal y tus preferencias. Una cartera menos ligada al riesgo podría depender más de productos con menor volatilidad, como los bonos de países estables. Y aquellos que buscan una tasa de rentabilidad mayor, podrían centrarse más en acciones, ETFs y bonos con mayor riesgo. Por supuesto, también puedes aplicar un enfoque más equilibrado y mezclar los productos de bajo riesgo con los de mayor riesgo.
Como se comentaba en las lecciones anteriores, el riesgo puede reducirse cuando tus inversiones están diversificadas. También, ayuda saber que puede haber grandes diferencias de riesgo dentro de una categoría de productos. Los bonos de países estables suelen tener bajos rendimientos, pero también bajo riesgo. Por otro lado, se observa lo contrario con los bonos de empresas o países menos estables. Esto también se puede ver con los ETFs. Un ETF que siga a las 500 acciones más grandes del mundo podría ayudarte a diversificar tu cartera. Pero un ETF que replique un determinado producto puede generarte fluctuaciones y riesgos adicionales. Por supuesto, tampoco todas las acciones tienen el mismo nivel de riesgo. Una empresa grande y asentada puede ser una inversión más estable que una nueva empresa, aunque esta última puede ofrecer la oportunidad de crecer a un ritmo mucho más rápido.
Una vez tu cartera está creada, puedes seguir tus resultados a lo largo del tiempo. De esta manera, puedes verificar si la distribución de productos en tu cartera se mantiene acorde con tus objetivos de inversión y con ello, también valorar si tu situación personal ha cambiado desde entonces.
Con un plan de inversión personalizado y los principios básicos que aprendiste durante estas lecciones, estarás mejor preparado para comenzar a invertir a través de DEGIRO.
Para cualquier consulta, siempre puedes contactar con nuestro servicio de Atención al Cliente. Estaremos encantados de ayudarte.
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